Parásitos: el llamado de auxilio de Corea del Sur

El cine internacional está ávido de historias, actuaciones y directores originales, algo que nos saque de la cotidianidad para sorprendernos y nos mantenga con la vista en la trama, esa que a instantes te quita el aliento o tira tus predicciones sobre los personajes y sus vidas.

Corea del Sur está de moda en la música y quiere forjar su presencia comercial dentro del negocio del entretenimiento occidental. Bien, hagamos una crítica cinematográfica de Parásitos, el filme de Boon Joon-ho.

Podríamos hacer una lectura de cómo cada día nos volvemos totalmente dependientes de los celulares o como a través de ella nos podemos volver más astutos para conseguir lo que queremos, respecto a la información y sobreinformación; otra visión, podría ser la vida precaria en Corea del Sur, la desigualdad entre clases sociales y su similitud con su vecino del norte; pero esta vez tomaremos otros elementos fijos dentro dela historia.

Hay tres elementos clave que se repiten en el filme, la roca que Min (Seo-joon Park) regala a Ki-woo (Woo-sik Choi); la temática de los indios de Estados Unidos, representado por  el fanatismo de Park Da-song (Hyun-jun Jung) y el código morse utilizado por Geun-se (Myeong-hoon Park) para comunicarse por medio del foco.

La roca erudito otorgada como regalo a la familia Kim con un significado de riqueza material pronto se transformó y moldeó hacia una codicia familiar, buscar más sin conformarse con lo necesario. De ese modo se traiciona el buen deseo de prosperidad hecho desde una visión religiosa y filosófica. La piedra es preciosa por su significado impreso en ella, pero la señora Chung-sook preferiría comida. Reflejando la falta de respeto e ignorancia por el regalo recibido.

La temática “Estados Unidos” como país, como líder comercial o como un algo poderoso está implícita. Las referencias sobran cuando se habla de haber estudiado en Harvard o una maestría en ese país, por ejemplo. Legitimando así el respeto que Corea del Sur tiene sobre nuestro vecino.

Comunicar ayuda o auxilio de un surcoreano como Geun-se a un “indio” de Estados Unidos ya no fue necesario utilizar el fuego como señales de humo sino el código morse, para descifrar el mensaje que hace Park Da-song, y que al final ignora.

El código morse es sobrepasado por la señal wi-fi y materializado en un teléfono móvil. El arma más potente para salvar o destruir. El significado de poder de un celular se presenta con la disputa entre Moon-gwang y el resto de la familia, sabia forma de Boon Joon-ho de ilustrar lo que en su momento Stanley Kubrik a través de un mono que utiliza un hueso y  descubre una herramienta para matar o hacer daño a otros o sus semejantes. Seguimos el instinto de sobrevivencia.

El sótano, esa semejanza con la Alegoría de la Caverna de Platón donde se buscaba el conocimiento y la verdad, ahora se ilustra cómo es preferible sumergirse y vivir aislado en un lugar donde tanto conocimiento se transformó en poder y miedo, al mismo tiempo.

Ahora solo los más ricos podrán sobrevivir, ya nada sirve ser sabio o erudito. Allá arriba solo existen los mejores ante los ojos de la moral.

La gente bien y adinerada que muestra dotes de elegancia y bondad pero en la intimidad saben quiénes son los que les sirven como súbditos.

Matar o traicionar a tu país a cambio de la libertad se vale hace referencia Kim Ki-taek (Kang-ho Song) a su hijo Ki-woo. Los pobres buscaran sobresalir, algunos de la forma moralmente correcta, otros con artimañas para engañar a su jefe, amo o patrón. Se volverán hábiles en el resentimiento y la envidia. Para ellos un plan no es el mejor de las ideas pues sumará más lodo a la hora que se caiga en el pantano de la pobreza o la miseria. El arribismo y la charlatanería son los caminos de aquellos que no muestran una ligereza de humildad, respeto y empatía.

Cuando Geun-se habla “Hoy nuestro querido Gran Líder Kim Jong-un después de presenciar el video de la familia charlatana, fue incapaz de contener su conmoción y furia ante su malvada y despreciable provocación! Por tanto, nuestro Gran Líder en esta era de desnuclearización ha ordenado que la última ojiva nuclear restante de la nación sea lanzada por las gargantas de esta familia malvada. Con sus apestosas tripas sirviendo como el último cementerio nuclear, nuestros queridos líderes desean desnuclearizar  y traer la paz mundial” habla del respeto que Surcorea debe tener hacia Corea del Norte. De alguna manera políticamente correcta lo ataca y muestra una sutileza comparación en ambos países.

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